El ser humano nunca está exento de vivir en
sociedad, desarrollarse dentro de una cultura, adquirir experiencias y poseer
creencias. La forma en que actúa y piensa se encuentra relacionado con lo que
culturalmente está a su alcance. El proceso individual se refiere a todos los
“fenómenos” que ocurren dentro del individuo, no significa que sea
independiente al aspecto social. El proceso interpersonal, considera las interacciones
que establecemos con los otros. Y por último el proceso grupal hace referencia
a las interacciones pero que ya están dentro de un grupo establecido (Gaviria y
Morales, 2009).
La
psicología social es una disciplina que pertenece a las ciencias sociales, la
cual toma en cuenta las características individuales y los estímulos sociales
lo que la hace una ciencia compleja y multidireccional (Sherif, y Sherif, 1975).
Tiene campos muy específicos como se revisó en los
anteriores párrafos, donde se busca detallar y particularizar ciertos fenómenos
para mejorar el entendimiento de estos. Sin
embargo la particularización de estos campos o enfoques no hace que sean
excluyentes entre sí.
Se busca que en
la psicología social aplicada los profesionales puedan especializarse en un
campo específico para profundizar en el entendimiento de la situación o comportamiento
de los grupos humanos.
Sobre
la Psicología Transcultural se puede concluir: el desarrollo de la personalidad
en las diferentes culturas se puede entender explorando los problemas
fundamentales de desarrollo cognoscitivo en un contexto transcultural. Sobre el
papel sistémico de la cultura en los comportamientos de las personas, persistentemente
da pruebas de lo robusto de su validez conceptual. Esta conceptualización muestra
características de complejidad, tanto en el papel de las premisas de la familia
tradicional mexicana como de la dialéctica cultura-contracultura, esto es, las
situaciones o aspectos que interfieren con el estricto apego a esas premisas en
las que destacan las características biopsíquicas del ser humano, el incremento
de escolaridad laica, el tiempo histórico y los efectos de la ubicación, en
general, en los ecosistemas socioculturales humanos.
En
cuanto a la Etnopsicología se rescata
principalmente que se debe empezar aceptando que el desarrollo del hombre está
sujeto a una muy compleja y variada estimulación. Crece e interactúa en un muy
intrincado ecosistema. El ecosistema humano, más allá de las variables que los
biólogos determinan para otras especies, incluye un poderoso ecosistema
subjetivo, es decir, la forma en que el individuo y los diversos grupos
perciben su funcionamiento, y un ecosistema objetivo, y además variables
antropológicas, sociales, estructurales y económicas objetivas.
Finalmente
sobre la Psicología Política se concluye que la
principal diferencia entre la ciencia política y la psicología política,
es que esta última se centra los procesos individuales. Su desarrollo como psicología
política moderna se dio en Estados
Unidos principalmente. El firme acento puesto en los procesos psicológicos como
determinantes de los procesos políticos en la psicología política
norteamericana ha llevado a un relativo abandono del estudio de la influencia
de los procesos políticos sobre los procesos psicológicos. La psicología política
europea, aunque muy influida por la norteamericana, ha sido menos unilateral.
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